viernes, 4 de octubre de 2013

Comentarios 22 - para Sebastiàn Trento - Cariño, Cariñito - Lundehund



Los días eran el mismo, todos fundidos sobre los raíles. Salí a buscarte después de abandonarte en casa, como a los objetos que arriendan polvo en el garaje, en el lado de lo inservible.

Kilómetros, cientos y mas de ellos, y cada noche le pongo tu nombre a todas las sabanas húmedas de sexo. Todas las cuevas son copias de copias del día que te conocí, cuando te pregunte el nombre en los ecos de tu coño.

Hostia con la vocecilla que sabe, mierda con su justicia, no tengo fuerza para ese traje, me arranco la piel y me lanzo sobre abrojos de culpa.

Voy a cambiarme de sexo, empezare por una peluca a  la que pondré tu nombre, me dejara el juez poner tu foto en mi carne. Pero antes inseminare a todas las mujeres del mundo, los niños alimentaran el caldero de los dioses y ellas poblaran la tierra para que pueda ver tu cara aya a donde vaya.

Estoy en medio del campo, el tren no me aguantaba y le despedí tirándome en voltereta, he caído sobre unos cardos. Entre los matojos hay una revista porno agrisada por el sol, donde te veo follando con un machote que no soy yo.

Su relato me ha inspirado señor, espero no ofenderle.
Atentamente Johnson Ulises.


No hay comentarios:

Publicar un comentario