martes, 10 de septiembre de 2013

hammond, eres idiota - MONTONCITOS

Te hecho de menos
Ya se que te vas por trabajo, que es tu deber y que no quepo en tu bolso de mano.
Tus ausencias me golpean, cortas, largas. Sobre todo en la hombría, nuestra cama parece un desierto doliente de anhelos. Me lo has estropeado, el estar solo.
Soy un onanista consumado incapaz de satisfacerme. Me cabrían veinte o treinta mujeres en la casa, treinta y una si vació la nevera, y lloro.
- ¿Cuando vuelves?-
- Aun no he salido del edificio, estoy en el portal, cuelga-

Cuando no estas, mi antigua soledad de hombre toma el control y construye su mundo como cuando era un virgen ignorante de la convivencia.
Voy por el recinto erigiendo montoncitos característicos de mi condición.
No creas que intento desterrar tu presencia, es que la parte que habita en todo macho cuyo lema es: HAY QUE SALVAR A LA ESPECIE DE LA EXTINCIÓN. Es una sombra siempre presente, una oscuridad predominante en lucha contra toda luz, que empuja a los machos a amar a la mujer en esencia genérica, osea: a todas las que se pongan a tiro.
Ni los anillos.
Ni los contratos matrimoniales sin separación de bienes.
Ni los niños pueden cambiar eso.

Sigo desplegando mis hábitos imperdonables:
Dejo la chaqueta sobre el sillón de la entrada, junto al perchero.
Los calzoncillos en el escritorio junto al ratón del ordenador o encima de el.
Se donde esta todo, nada se perdería en ese universo de masculinidad, cualquier tipo que pasase por allí, reconocería ese ecosistema como una forma de vida fiable y fluida.

Dejo los paquetes de tabaco vacíos esparcidos como cubitos de hielo nicotinicos que no se deshacen.
¡No es desorden!, están ahí por algo, ¿Es que nadie sabe que si te ves en el apuro de quedarte sin tabaco a las 2 de la madrugada un martes, la forma de sobrevivir es reuniendo el polvillo residual de 100 cajetillas arrugadas para conformar el cigarro salvador?
Nada existe al azar en mundo hombre.

Dejo montoncitos de sobres vacíos contenedores de facturas, despedazados ritualmente sobre la encimera, la mesita baja del salón, sobre el cubre rollos de papel higiénico del baño.

Olvido las fechas clave de nuestra relación a propósito, así cada vez que llegan y me lo recuerdas es como si fuera la primera vez, manteniendo fresco nuestro amor.

Calcetines limpios y usados, mezclándose en un vals sobre una moqueta de memoria imposible.
La toalla de la ducha desparramada húmeda sobre el sofá, cuando se seque vale de manta para la siesta.

- Hola, ¿cuando vuelves?-
- Come en el chino-
- Es que allí no me entienden cuando les digo que te quiero-
- Vete donde tu madre-

Me he encontrado un animalillo debajo de un montoncito. Tenia un collar rojo del que colgaba una tarjeta con fecha pasada que decía:

"FELIZ CUMPLEAÑOS"


- ¡Joder! -

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