viernes, 9 de agosto de 2013

hammond, eres idiota - DINERO PARA UNA REINA

  Te fuiste porque te encanta comprar ropa de verano los últimos días de otoño, que es cuando yo hago nido, emboto y saco el jersey de cuadros que me regalo en mi adolescencia una prima a la que siempre quise besar, y una vez, por gracia de los hados, le vi un pecho fugazmente en la playa y desde entonces no recuerdo ningún otro verano.

  Te marchaste porque te encanta comprar ropa de invierno al final de la primavera. Yo te amaba. Tanto que aun me arrastro sobre las chinchetas que fueron tus ultimas palabras, con la esperanza de transformar mi carne para que se parezca a Lavin, a Vuitton o Balenciaga. Me alimento de frutillas del bosque oscuras, ricas en antioxidantes que adquiero en el corte ingles. Ahora estoy pensando en crear un huerto ecológico en macetas en el balcón, ese donde tantas veces compartimos un zumo, donde la luna palidecía en tus ojos cuando salíamos al fresco, y yo era el rey del barrio, el protohombre mas envidiado del sistema solar. Yo te miraba fumar, chupabas los cigarrillos con languido desprecio y la suave brisa te soldaba los pezones a la blusa de Lagerfeld.

  ¿Que se supone que debo hacer?
  Si hasta llevo unos bóxer de Calvin klein por fuera de los vaqueros, si esto no es suficiente.
  ¿Que puede serlo?
  ¿Debo quizá ser como el?
  Ese que ahora te estrecha entre sus brazos, a lo mejor si fumo puros gigantes y me alimento de carne cruda y monto una empresa donde el trabajo lo saquen niños de Banglades que nunca han soplado las velas de una tarta, puede que entonces, me mires de nuevo.
  Daría cualquier cosa por ser el perrito ese, pero no me pongas diamantes en el collar, prefiero una bandana de cuadros.

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