miércoles, 24 de julio de 2013

trocitos reales - LA VENTAJA DEL MAL

Hoy he visto el rostro del malo, del que nada lo detiene, del impune, me saludo ordenadamente, con un sencillo sistema bien entrenado, de ese que todos sentimos conscientemente y que actúa inconscientemente, haciéndonos bajar la guardia a pesar de que vemos el tejido tosco que lo forma y la intención invisible, desarmadora.

 La cosa era llegar a un trato, yo tenia prisa pues juego con desventaja, el vino al mundo como dicen con un pan bajo el brazo, mierda, esto es España, llego con toda una puta panadería bajo el. El asunto resulto algo complejo, y por supuesto no le convenció, acostumbrado como esta a correr, es de esos que cuando conducen solo conocen dos posiciones en el acelerador, arriba y abajo, en el medio no hay nada, y como la cosa ofrecía una leve resistencia, no lo veía claro, normal, lo suyo son pequeños retoques aquí y allá, naderías que le permiten zanjarlo todo en un plis plas y darle al turbo, a por el siguiente cacho, devorando sin usar la lengua, sin importarle a que sabe el alma y mucho menos los dones ajenos, solo los que miran al suelo le importan, esos que vienen de fabrica con grilletes y un mando a distancia con un par de botones, trabajar deprisa y trabajar a toda hostia, el segundo botón es el que aparece desgastado.

  Después de un rato, en el que la mitad del tiempo lo uso en su carísimo móvil, escribiendo un mensaje largísimo y tecleando a una velocidad tal, que haría las delicias de cualquier mujer de esta y la otra acera si no fuese porque pertenece a ese mundo de niños grandes donde las mujeres no tienen voz ni voto, ni alma, y tampoco las hembras de su mundo son mujeres, niñas hermosas a la caza, con chasis de puta decente que han preferido la jaula de oro al viento en el alma.

  Total que dijo que no lo veía claro y que ya me llamaría. El tiempo, eso que a el dice faltarle y que nunca le pilla, mientras que a mi ya se me ha tragado y ahora intenta destrozar la alquimia de mi persona, esa que me ha costado billones de años hacer evolucionar con cada nacimiento, con cada reencarnación. Tuve que pedirle que me acercara porque tampoco tengo caballo, ese que el duda con hacerse.

  Por el camino no hablamos por supuesto, pertenecemos a lados opuestos, el bebe sangre salada y come carne erguida, yo busco tubérculos con las manos desnudas, soy feliz, no me cambiaria, pero mejor no preguntes ahora que clase de hombre soy, no me quiero oír decirlo, no tengo miedo, es que cambiar me puede costar el alma.

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